Que corto es el tiempo que vivo a tu lado, que impacto tan dulce que excelso contacto que sienten los labios que un beso te han dado. Que azules tus ojos que blancas tus manos. Que hermoso tu cuerpo que inmenso tu encanto Que rubio tu pelo que rojos tus labios. Que suaves caricias que expresan tus manos. Que gloria tan alta que el cielo me ofrece que tú estés conmigo, que hasta me parece que el día no pasa que la luz no muere, que casi es un sueño que pueda tenerte. Que es tanta mi dicha que grito alocado ¡Que Dios te bendiga! que corto es el tiempo que vivo a tu lado.
AMOR ETERNO
Ding-dong, ding-dong, redoblaban las campanas de la capilla del pueblo, una tras otra van dando latigazos en mi pecho. Ding-dong, ding-dong, cada campanada un paso que marca el triste cortejo, cada golpe de badajo rompe de nuevo el silencio. Las gentes en los balcones siguen el paso del duelo llevan coronas y flores, forman alfombra en el suelo. Ding-dong, ding-dong, ¡Calla, maldita campana! ¡Calla! por Dios te lo ruego ¿No ves que con tus redobles vas anunciando que ha muerto? Pero no me lo repitas, seguro estoy que no es cierto. ¡Vive! vive todavía, me lo dice el sentimiento, la veo que está a mi lado y estoy notando su aliento. Hablándome está en voz baja. “Si, mi cariño, mi cielo” no tengas miedo, no temas, que aunque se lleven tu cuerpo quedan tu alma y mi alma queda nuestro amor eterno. Tú sigues siendo mi vida, tú sigues siendo mi cielo ¡No te la lleves, Dios mío! ¡No te la lleves!...que muero.